Durante sus primeros años, el cerebro se desarrolla a gran escala y del estímulo que se le da, depende el desarrollo de su audición, vista, olfato, destrezas sociales y salud físicas, emocionales y mental.
La educación inicial tiene un rol importante en la construcción de ciertas habilidades cognitivas y sociales. Su impacto se observa en el bienestar físico y motriz, en las habilidades lingüísticas, la comprensión de conceptos matemáticos, la capacidad de sostener la atención y autorregular el propio proceso de aprendizaje y las emociones, entre otros. Contribuye enormemente a su desarrollo y abren las primeras puertas para el inicio de la escolaridad.